Todos queremos vivir más, pero lo que realmente buscamos es una vida más plena y saludable. Un reciente estudio de la Universidad Estatal Metropolitana de Denver ha arrojado luz sobre los hábitos alimenticios de las famosas “zonas azules”. Estas son áreas del mundo donde la gente vive mucho más tiempo que el promedio global. Lo que descubrieron es que una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable son claves para vivir más tiempo y, lo más importante, vivir bien.
Longevidad: alimentos que nos restan años
La comida que elegimos tiene un papel fundamental en nuestra salud a largo plazo. Según este estudio, en las “zonas azules”, una buena alimentación es esencial para vivir más, sin importar nuestra genética. Aquí te dejamos una lista de alimentos que los expertos sugieren evitar si quieres una vida más larga y saludable:
- Alimentos con mucho azúcar añadido: Piensa en pasteles, galletas, helados, caramelos, aderezos y ciertos tipos de yogur.
- Carbohidratos refinados: Pan blanco, galletas saladas y arroz blanco son ejemplos de lo que deberíamos limitar.
- Grasas saturadas o trans: Mantequilla, ciertos quesos, leche entera, crema y carnes grasosas deben consumirse con moderación.
- Carnes rojas y procesadas: Tocino, salami, salchichas, chorizo y jamón serrano son deliciosos, pero es mejor consumirlos con cuidado debido a su bajo contenido en antioxidantes y fibra, y su capacidad para aumentar las sustancias proinflamatorias.
Alimentos que los expertos recomiendan
Si quieres vivir más y mejor, lo mejor es adoptar una dieta variada y equilibrada. Erin Murray, profesora asistente de nutrición en la Universidad Estatal Metropolitana de Denver, sugiere una dieta llena de color, nutrientes, antioxidantes y fibra para fortalecer nuestro sistema inmunológico. Además de comer frutas y verduras a diario, Murray recomienda incorporar frijoles, guisantes, lentejas, cereales integrales, nueces y semillas en nuestra alimentación.
Y no solo se trata de comer bien. Mantenerse activo, no fumar y beber con moderación son hábitos que no solo previenen enfermedades como ataques cardíacos, diabetes, cáncer, osteoporosis, estreñimiento y cataratas, sino que también reducen el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como la demencia.
